Cuentos cortos para dormir
Hay noches en las que los niños están cansados y sobreestimulados después de un día lleno de aventuras, pero aun así no quieren perderse un cuento antes de dormir.
Algunas personas hacen la maleta en el último momento, otras la preparan con mucha antelación siguiendo una lista cuidadosamente elaborada. Sin embargo, quienes viajan con niños tienen algo en común: piensan en cómo hacer que las cosas marchen lo mejor posible.
La preparación hace milagros.
A los niños les encantan las sorpresas, pero no es conveniente darles demasiadas. Deja que participen en los preparativos; así se sentirán miembros legítimos del equipo familiar y, al mismo tiempo, sabrán lo que se avecina. Al fin y al cabo, a todo el mundo le gusta estar informado. Enséñales fotos del lugar al que van. Háblales de las vistas, de la gastronomía local y pregúntales qué les parece cada cosa. Con los niños más pequeños, puedes hojear libros ilustrados sobre viajes o leerles un cuento que les familiarice con el concepto de viajar.
No olvides llevar su juguete favorito.
¿Tiene tu hijo un peluche, una manta u otra cosa a la que esté muy apegado? No te olvides de meterlo en la maleta. Es el tipo de ancla que les hará sentirse seguros aunque estén un poco ansiosos en lugares y situaciones que no reconocen.
Empaca muchas actividades divertidas para el viaje.
Lleva contigo algunos de sus juguetes favoritos o libros de actividades para los viajes largos o los tiempos de espera durante el trayecto. Pueden ser libros de pegatinas/stickers, rompecabezas y adivinanzas, libros para colorear o libros en los que se pueda pintar con agua y que puedan utilizarse una y otra vez. Además, tanto los niños mayores como los más pequeños se entretienen con cómics o libros de chistes. A los niños les gusta escuchar cuentos de hadas que ya conocen íntimamente, pues les da una sensación de seguridad, y las historias nuevas siempre son bienvenidas… ¡sobre todo las divertidas!
Intenta observar las rutinas diarias más importantes.
A los niños les encanta la rutina. La rutina les asegura que todo es como debe ser. Y mientras los adultos se alegran de tener la oportunidad de salir de su rutina diaria, los niños suelen preferir tener un poco de ella. Una rutina agradable es el cuento de antes de dormir. Permite al niño conciliar el sueño y relajarse tras un día ajetreado lleno de nuevas experiencias.
Disfruta de tus vacaciones.
Procura no ir con prisas, a no ser que tengas que tomar un barco, un tren o un avión. Dales tiempo de sobra a tus hijos para que exploren el entorno: si hay un arroyo, que jueguen con piedritas; en un museo, que admiren las obras de arte; o cualquier cosa que les fascine. No hay prisa, están de vacaciones. Aprovecha la oportunidad para ir más despacio y unirte a su entusiasmo, aprovechando al máximo el tiempo que pasan juntos.