En un lugar muy lejano, por encima de montañas muy altas y más allá de campos inmensos, vivÃa un guardia forestal con su mujer y sus dos hermosos hijos llamados Ana y Daniel. Todos vivÃan felices juntos, hasta que un dÃa ocurrió una terrible tragedia. Mamá enfermó gravemente y ningún médico fue capaz de curarla. Tras su muerte, hubo una gran tristeza en la casa y el pobre guardia forestal tuvo que cuidar solo de los niños.
Pasado un tiempo, decidió que no debÃan crecer sin una madre. Encontró una nueva esposa que también tenÃa una hija y, tras casarse, se fueron a vivir todos juntos. Pero la madrastra no se parecÃa en nada a su madre. Aunque al principio fingÃa ser simpática y amable, en cuanto se mudó se transformó en una mujer cruel, una auténtica bruja malvada.
La hija heredó la crueldad de su madre. Era igual de malvada y estaba llena de odio. Al poco tiempo, el guardia forestal ya no era lo bastante bueno para su nueva esposa y un dÃa ella decidió deshacerse de él. Preparó una fuerte poción venenosa y se la dio a su marido.
De repente, Ana y Daniel quedaron huérfanos y desamparados. Su madrastra y su malvada hija los maltrataban y atormentaban de sol a sol. Les pegaban, les obligaban a hacer todas las tareas de la casa y solo les daban de comer restos de hÃgado y cebollas viejas que nadie más querÃa comer. Todas las noches, su madrastra los encerraba en un cobertizo sucio donde tenÃan que dormir.
Los pobres niños vivieron esta pesadilla todos los dÃas durante lo que les pareció toda una vida, hasta que una noche decidieron escaparse. Al final, las cosas no podÃan ir peor para ellos y, tarde…