Yo soy el rÃo. Tal vez te gustarÃa saber mi nombre, pero éste no es importante. Soy mucho más longevo que las personas, quienes me han dado distintos nombres a lo largo de los años. Esta noche, antes de que te vayas a dormir, voy a llevarte de viaje y a enseñarte todos los lugares hermosos que he estado contemplando durante todo este tiempo.
Empecemos nuestro viaje en un bosque, donde emergà de la tierra. Si escuchas con atención, podrás oÃr el suave burbujeo de mi agua. ¡Soy yo!
Sólo tienes que seguir el sonido y mirar a través de las hojas caÃdas en el suelo. Encontrarás un pequeño riachuelo bajando lentamente por la colina. Es parte de mÃ. Pero sigamos adelante. SÃgueme rÃo abajo.
Dejamos atrás el bosque. Ya me he abierto un cauce estrecho pero firme. Mi agua ayuda a regar los campos de los alrededores, y la gente me trata bien por ello. Se aseguran de que mis orillas estén siempre limpias y plantan árboles maravillosos para mÃ. Cuando dejo que una corriente de agua suba un poco, puedo admirar la belleza de las espigas doradas.
Mira, estamos entrando en un pueblo y mi ruta me lleva justo por su centro. La gente de aquà me aprecia y también me cuida. Gracias a mÃ, tienen una piscina natural, que llenan con mi agua.
Echemos un vistazo: sólo tenemos que dar una vuelta y pasar un rato bajo tierra. ¡Y aquà estamos! La gente disfruta de mi refrescante abrazo. Enviemos una ola. ¡Y otra más! Y ahora es el momento de volver rápidamente y reincorporarse a la corriente.
Entramos de nuevo en los campos. El maÃz crece a nuestro alrededor, y mis orillas están cubiertas de flores rojas de amapola. ¡Qué maravilla! Pronto llegaremos…