Hermanos Grimm
Las tres plumas
Un cuento de una colección de cuentos de hadas compilada por los Hermanos Grimm. Un rey anciano decide ceder su reino a uno de sus tres hijos. Para elegir al heredero más capaz, les encomienda tres tareas.
Érase una vez un comerciante de éxito, que era tan rico que podÃa pavimentar toda la calle donde vivÃa con plata. Pero, por supuesto, ¡Ã©l nunca harÃa tal cosa! El comerciante sabÃa invertir mucho mejor su dinero y su riqueza. Por cada moneda que gastaba, ganaba dos; asà de buen comerciante era. Hasta que un dÃa, cuando era viejito, falleció mientras dormÃa.
Todo su dinero fue a parar a manos de su hijo Ayaz, quien empezó a despilfarrar alegremente. SalÃa todas las noches y comÃa en los mejores restaurantes y se divertÃa en fiestas de disfraces.
El joven incluso utilizó algunas de sus monedas de plata en lugar de piedras para hacerlas rebotar por un lago cercano, ¡sólo por diversión! Pronto, sin embargo, el tesoro que su padre habÃa amasado durante toda su vida se agotó. Ayaz se quedó sin nada más que cuatro pequeños pesos, un par de viejos calcetines y una antigua túnica de seda.
Ahora que estaba arruinado, aquellos a los que llamaba “amigos” no querÃan saber nada de él. Sin embargo, uno de ellos tenÃa debilidad por Ayaz y se compadeció de él. Le envió un baúl viejo y maltrecho con una nota, diciéndole que metiera en el baúl todo lo que le quedaba para no perderlo. Era un buen consejo, pero al hijo del comerciante no le quedaba casi nada.
En lugar de eso, se metió él solo en el baúl. Estaba tan triste que se le caÃan las lágrimas al suelo del baúl. Pero... este no era un baúl cualquiera. En cuanto el joven se incorporó, levantando la tapa, el baúl voló por los aires. ¡Zas! Subió por la chimenea y se elevó por encima de las nubes. Y, volando y volando, ¡acabó en TurquÃa! El baúl aterrizó…