Hermanos Grimm
Las tres plumas
Un cuento de una colección de cuentos de hadas compilada por los Hermanos Grimm. Un rey anciano decide ceder su reino a uno de sus tres hijos. Para elegir al heredero más capaz, les encomienda tres tareas.
En una vieja cabaña, a las afueras de una aldea, vivÃa un pastor con su perro Bucky. Bucky era un perro blanco, grande y esponjoso que habÃa protegido a las ovejas dÃa y noche durante largos, largos años. Ningún lobo se habÃa atrevido a acercarse al rebaño.
Pero Bucky estaba envejeciendo y perdiendo fuerza. Le estaban saliendo canas y su vista cada vez estaba más cansada. —Ya no me sirves para nada. ¿Por qué deberÃa mantenerte?, ¡ya no eres más que un desperdicio de espacio! —dijo el pastor sin piedad y arrojó a su fiel compañero fuera de la valla, al vertedero.
En su lugar, se compró un nuevo perro joven y amarillo, y esperaba que le sirviera tan bien como el anterior.
El pobre y viejo Bucky estaba tristemente sentado en la basura, hambriento, sediento y temblando de frÃo. El pastor trataba ahora al pobre perro con verdadera crueldad.
Cuando llegó la noche, el joven perro amarillo se acurrucó en su perrera y se durmió profundamente, pero el viejo Bucky seguÃa muy alerta. Incluso un pequeño susurro era suficiente para que se pusiera en guardia. De repente, percibió el olorcillo de un lobo acechando a las ovejas. Quiso saltar la valla para ahuyentar a la bestia, pero estaba demasiado hambriento para levantarse.
—Bueno, si no hay comida para mÃ, al menos el lobo puede comer un bocado o dos —pensó Bucky y se hizo bolita sin ladrar.
Cuando el pastor fue a ver a sus ovejas por la mañana, se encontró con que le faltaba una y el joven perro amarillo seguÃa dormido en su perrera.
—Oh, algo asà nunca habrÃa sucedido con mi viejo Bucky cerca —se lamentó el pastor.
Asà que fue a recuperar a Bucky. Le dio de comer y le rascó detrás…