Pavol Dobsinsky
MarÃa y los doce meses
Este cuento clásico trata de la victoria del bien sobre el mal. Cuando la malvada madrastra envÃa a MarÃa al bosque a recoger violetas y fresas, los doce meses la ayudan con sus poderes sobrenaturales.
Érase una vez, dos hermanos. El hermano mayor, MartÃn, tenÃa tanto dinero que podÃa comprar lo que quisiera. Era rico, pero no era nada generoso. Su corazón era tan frÃo y duro como la piedra y su mente era oscura.
Su hermano menor, Alberto, era exactamente lo contrario de MartÃn. Siempre era amable y servicial con todos, sin importar quiénes eran. CompartÃa con los demás a pesar de que era tan pobre que a veces ni siquiera tenÃa para comer. Siempre veÃa lo bueno en todo.
Una noche especialmente gélida, Alberto fue a casa de su hermano mayor para pedirle ayuda. Era pleno invierno. El pobre Alberto no tenÃa carbón para calentarse ni comida para alimentarse, asà que pidió a su hermano que le prestara una pequeña bolsa de carbón y un poco de comida.
Le dijo a su hermano que no habÃa comido en tres dÃas, pero a MartÃn no le importó que Alberto tuviera frÃo y hambre, se rio de él cruelmente y cerró la puerta de un golpe.
—¡Muérete de hambre o congélate, me da igual! —gritó mientras cerraba con llave la puerta.
Alberto decidió ir al bosque a buscar comida. Solamente tenÃa su fino abrigo y pantalones de lana y sus botas tenÃan grandes agujeros en las suelas. Pero tenÃa hambre y empezó a caminar. Deambuló por el bosque durante lo que parecieron horas. Buscó sin éxito cualquier cosa que pudiera comer, con los dientes castañeteando, hasta que empezó a oscurecer y cayó la noche.
HabÃa un silencio total excepto por el solitario ulular de un búho. Hambriento y temblando, se acurrucó en el suelo duro y frÃo. Sus botas ahora estaban casi destrozadas por la larga caminata.
Soñó con una gran hoguera crepitante y recordó cómo se sentÃa. Se imaginó acercando…